Luis Oliveros: en 2020 arranca una nueva economía con el petro como futuro monetario
El economista Luis Oliveros pronostica que 2020 es el inicio de una nueva economía en Venezuela en la que el petro puede ser el futuro monetario del país y el petróleo deja de existir como fuente de renta para sacar a millones de venezolanos de la pobreza, mientras la dolarización se profundiza a partir de un volumen de remesas que, estima, alcanzará US$4.000 millones este año.
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«El petro va a funcionar como el CUC o peso cubano convertible. No es casual que en el gobierno de Maduro se hable de moneda convertible. Hay que prestar atención al petro, aunque no sea una criptomoneda ni tenga liquidez. Vale 60 dólares porque a alguien se le ocurrió», apunta el analista.
Para Oliveros, la dolarización es un fenómeno casi imposible de revertir y, en su criterio, se va a expandir, sin que ello signifique mejoría para la inmensa mayoría de la población; no obstante, habrá un fenómeno de consolidación de las remesas como fuente de ingresos. «El BCV estima que en 2019 entraron 2.000 millones, pero nosotros estimamos que llegaron 3.000 millones y este año serán 4.000 millones de dólares, un aumento considerable».
Si bien es cierto que las remesas tienen un efecto positivo en el consumo, ya muy deprimido, Oliveros sostiene que tienen consecuencias negativas como la inducción a una disminución de la productividad, porque desestimulan la búsqueda de empleo, y generan, al mismo tiempo, un efecto social desmovilizador.
Otro elemento que constituye a esa «nueva economía», determinada por la depresión económica y las sanciones estadounidenses, es que la inversión privada ya no provendrá de la renta generada por el Estado, directa o indirectamente.
«El sector privado aprendió que no se puede vivir con crédito y dólares del Estado, que tiene que vivir de él mismo. Lo aprendió a garrotazos, pero la lección quedó. La dolarización será muy difícil de revertir y se consolida el colapso de la industria petrolera. Los controles están guardados, no eliminados, mientras hay silencio sobre el default. Pasaremos a una inflación alta y persistente, la cual es muy difícil de bajar y seremos el reino de la economía subterránea», esboza Oliveros su escenario más probable en lo que resta de año.
– Adiós petróleo –
Luis Oliveros es un economista especializado en temas petroleros. Desde esa perspectiva pronostica que en marzo se verá el colapso del sector hidrocarburos en toda su magnitud, con una producción real de solo 700.000 barriles por día, ya que se acabará el «efecto inventario», que ha contribuido a generar la percepción de que la extracción está aumentando.
«Si el petróleo hace siete años era insuficiente parta sacarnos de la pobreza, hoy no existe. En términos per cápita, la producción está en los niveles de 1928; hemos retrocedido a los tiempos de la dictadura de Gómez, casi un siglo completo. Las sanciones han afectado la producción, reduciendo unos 500.000 barriles por día, pero el restante 1.600.000 barriles que se han perdido desde 2014 se deben al desastre de Pdvsa, del que, por cierto, ahora Rafael Ramírez se ha dado cuenta», continúa Oliveros.
Oliveros señala que en materia de extracción de crudo, Venezuela ha regresado a sus niveles de 1943, pero hay que tomar en cuenta que ese era un país más pequeño y completamente distinto. Por otra parte, la crisis no parece que va a concluir en el corto plazo, pues actualmente hay solo 25 taladros activos, cuando en 2010 había 95.
«Si esto no levanta vamos a tener una economía insostenible. Del petróleo debe salir la plata para poner a funcionar el resto de la economía; no hay otra opción. Y Pdvsa ya no es relevante. La faja petrolera del Orinoco nos la vamos a tener que comer y más en las condiciones políticas e institucionales actuales», advierte el economista.
– ¿Ingenuidad? –
En concreto, el economista Luis Oliveros proyecta que la economía va a caer entre 5% y 7% en 2020, con un nivel de inflación de entre 1.800% y 2.300%. Reconoce que son números que se ubican por debajo del consenso de sus colegas y, en consecuencia, se autocalifica de ingenuo, pero sostiene que el gobierno de Maduro continuará con su agresiva política de restricción de liquidez, a pesar de que tiene en puertas una coyuntura electoral.
«Yo espero que este año, la inflación de enero se ubique entre 40% y 50%, y para el resto del año espero indicadores de entre 20% y 30% mensual, como máximo. Esto que parece Disneylandia es una tragedia. El promedio de inflación anual en el mundo está en 4%, lo que significa que la inflación en Venezuela es equivalente a la anual de la mayoría de los países del planeta, incluyendo a América Latina. A pesar que bajemos a un nivel de 1.800% o 2.300% será la inflación más alta del planeta este año, seguiremos siendo los campeones mundiales. Cada día tenemos que pensar cómo sobrevivir», apunta.
– Crisis productiva –
Otra característica de la nueva economía que describe Oliveros es que el tamaño del Estado ya supera al sector privado, lo que permite suponer que el país enfrenta un modelo de mayor control y, por otro lado, de ineficiencia productiva estructural.
«El sector privado en 1999 representaba cerca de 60% de la economía venezolana y el sector público el 32%. En 2019 el sector público sobrepasó al privado, llegando a 47% del total, contra un 45%. Estamos estimando que, este año, el Estado llegue al 50% y el sector privado se reduzca a 43% o 42%. Con menos empresas privadas y un gobierno arruinado, imaginemos qué puede pasar con la inversión. Ya entre 2013 y 2019 la caída de la inversión fue 92%, por eso es fácil montar un bodegón, pero no hay inversión real. Esta es una economía muy diferente, mucho más pequeña, con menos clientes y capacidad para crecer», describe Luis Oliveros el difícil panorama.
El ejercicio de arrinconar sistemáticamente a la empresa privada ha dado resultados, con caídas estrepitosas en los sectores productivos, el comercio y los servicios.
«En el año 2013, el sector manufacturero representaba 14% del PIB y en 2019 representó 5%. La construcción pasó de aportar 6,5% a 0,6%, algo sencillamente increíble. Es más, si desapareciera la urbanización Las Mercedes ya no habría sector construcción en Venezuela. En cambio, los productos y servicios del gobierno central pasaron de representar 12% a 19% del PIB. El sector petrolero ha caído menos, pero ha bajado en una dimensión inédita. La banca pasó de aportar casi 7% en 2013 a menos de 2% en 2019. Esta economía cambió, nos guste o no», enfatiza con los números en la mano.
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