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16/01/2020 07:25 AM
| Por Por: Armando J. Pernía

Farías: urgen emisiones de bonos en dólares y euros para apuntalar el mercado

Farías: urgen emisiones de bonos en dólares y euros para apuntalar el mercado

2019 fue un buen año para el mercado de valores en Venezuela, incluso para la renta fija que vio un período de expansión, aunque los rendimientos están muy lejos de acercarse a la inflación o a la devaluación, por lo que la clave para asegurar que esta tendencia continúe es permitir las transacciones con títulos denominados en dólares y euros.

«La economía está dolarizada a un nivel cercano a 60%, por lo tanto permitir que se trancen instrumentos en dólares y euros se impone como un paso lógico, si se quiere dar mayor sostenibilidad al mercado. La verdad es que va a tomar muchísimo tiempo para que el venezolano retome la confianza en el bolívar. Está el caso del Perú, donde la mayoría no tiene confianza en su moneda después de 25 años en recuperación. Hay que crear las condiciones para que se incorporen instrumentos en dólares«, señala José Miguel Farías, asesor de inversiones certificado y director de Finanzas de Rendivalores.

Además, el mensaje de que el Petro es la panacea monetaria que todo lo puede, tampoco contribuye mucho a la recuperación de la confianza del bolívar, una moneda que durante décadas ha resistido los embates de la inflación.

Nuevos actores y más emisiones; de hecho, al cierre de diciembre, la Superintendencia Nacional de Valores había autorizado más de 75 emisiones, cuando en la misma fecha de 2018 había solo 39. Una de las buenas noticias es la incorporación de nuevos actores, como Central Madeirense, NetUno, Difresca (Arturo´s), o Automercados Plaza´s, que han aportado más dinamismo al mercado.

Farías rescata sin remilgos el rol cumplido por la Sunaval, como ente regulador: «el ente regulador ha permitido que los tiempos se acorten para la emisión de los papeles; eso limpia obstáculos y permite que las empresas se acerquen, porque el regulador está mucho más abierto. La creación del pagaré bursátil es un instrumento muy ágil para endeudamiento. Antes, las empresas tardaban 5 o 6 meses para hacer una inversión y el año pasado se vieron plazos de menos de 20 días, como ocurrió con una emisión de Avior», recuerda el ejecutivo y corredor público de títulos valores.

Por supuesto, uno de los factores que más influyó para que el mercado de renta fija lograra un mayor impulso es la estrategia de encaje legal que el Banco Central de Venezuela aplica a la banca nacional. «Estimamos que, en promedio, la banca está inmovilizando 80% de sus captaciones, lo que se traduce en una importante restricción del crédito».

– La piedra de tranca –

Si bien es cierto que el mercado de renta fija ha servido de abrevadero a empresas que no consiguen recursos para fortalecer su capital de trabajo, la demanda de títulos sigue siendo estrecha, ya que en su mayoría se compone de cajas de ahorro, fideicomisos bancarios y poco más.

Las cajas de ahorro están obligadas a invertir parte del patrimonio en instrumentos de riesgo moderado; sin embargo, Farías dice conocer los casos de cajas que estaban invirtiendo los fondos de sus afiliados en comprar comida; por ello dar entrada a instrumentos en divisas, en un mercado donde los activos lucen ostensiblemente baratos, puede ser una alternativa salvadora.

«No se han podido colocar todas las emisiones«, cuenta sin tapujos José Miguel Farías. De hecho, hay papeles que se han ofrecido con descuentos, de entre 15% y hasta 25%, en función de mejorar las condiciones de los inversionistas.

«Hay que buscar la manera que el papel sea interesante para ambas partes: Las tasas de interés no son buenas, los rendimientos de entre 100% o 140% anualizados, no funcionan para hacer cobertura frente a la inflación o la devaluación. Claro, son mucho mejores que los rendimientos de un producto bancario», apunta el analista.

Por supuesto, los costos de endeudamiento son menores y otro elemento que, se espera, eleve la presión en el mercado de renta fija es la indexación de la cartera comercial, una polémica herramienta de política de contención de la demanda en el mercado cambiario que, simplemente, ha reducido el financiamiento a las empresas a casi nada.

– Buen gobierno corporativo –

José Miguel Farías, director de Finanzas de Rendivalores, no es la excepción cuando se habla de la necesidad de crear una cultura bursátil en Venezuela. Y no deja de lado a los emisores. «Las empresas siguen siendo reacias a la transparencia. Esa es una actitud que debe cambiar, aunque no es fácil», reconoce.

Hay algunas empresas que han sido ejemplares en apertura seria hacia los inversionistas y accionistas minoritarios, pero la verdad es que las empresas necesitan nuevas normas de gobierno corporativo que amplifiquen el potencial del mercado de valores.

– ¿Y cuánta gente invierte en Venezuela? –

José Miguel Farías señala que tanto en renta fija como en variable, la masificación es un objetivo prioritario y estratégico, de manera que las operadoras bursátiles han asumido riesgos para restablecer una relativa profundidad en el mercado.

Rendivalores creó un fondo mutual, con la idea de que permita el acercamiento de muchos inversionistas individuales, en un mercado que ha ido derrumbando sus barreas.

«Los inversionistas deben tener capacidad de ahorro en una economía tan distorsionada como esta, pero lo cierto es que solo 15% de la población puede invertir», reconoce Farías, pero eso no significa un techo bajo, si se ve el vaso medio lleno.

«Hay un número reciente. Nosotros comparamos la cantidad de subcuentistas que tienen cuentas abiertas en la Caja Venezolana de Valores con el número de personas inscritas en el Registro Nacional Electoral, y encontramos que había 65.000 inversionistas registrados en la CVV contra más de 20 millones de electores registrados, eso significa que 0,32% de la población ha invertido en el mercado», apunta las cuentas.

En estados unidos la proporción de la población activa que invierte en el mercado de valores, especialmente en renta variable, es más de 50%, aunque se trata de una demanda estimulada por los fondos de retiro y otros entes institucionales que hacen que el mercado se masifique.

«Eso aquí no es posible. Este puede ser un ejemplo odioso y fuera de contexto, pero a mi eso no me preocupa, sino que plantea una gran oportunidad de expansión, en un mercado que, con un contexto adecuado, puede ser prácticamente ilimitado como fuente de rentabilidad y como fuente de fondos para las empresas; por ejemplo, los migrantes pueden abrir cuentas con un apoderado en Venezuela, pero si eres extranjero no. Tienes que ser venezolano para invertir. El sistema es muy lento y burocrático, hay que usar tecnología para facilitar las órdenes, no puede ser que haya procedimientos engorrosos en pleno siglo XXI», hace el recuento de limitantes y solo señala algunas entre un buen cúmulo.

Las perspectivas para este año son buenas dentro de lo que cabe. El proceso virtuoso de reconstrucción de un mercado que, quizás, es el único caso donde los actores gubernamentales y los privados parecen entenderse bien y estar estratégicamente alineados. Eso ya es una ganancia.

«Hay que establecer la visión financieramente razonable sobre el mercado de capitales, que es el vehículo adecuado para obtener financiamiento de largo plazo, mientras la banca atiende el corto. Es la primera lección que debemos aprender», apunta José Miguel Farías.

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