#Exclusivo | La minería de metales críticos puede ser la alternativa al rentismo petrolero: Entérese por qué
El petróleo ha sido históricamente la base principal de la economía venezolana. Pero ¿y si dijera que existe otro mercado con el mismo potencial de crecimiento y exportación que el petróleo? Así es, estamos hablando de los metales críticos.
Ya hemos hablado de que la llamada «economía verde» se basará en fuentes de energía renovables como la eólica y la solar, junto con la electrificación del transporte. Todo ello con el objetivo exclusivo de alejarse de los combustibles fósiles y que los países alcancen las cero emisiones en 2050.
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El renacer minero
Pues bueno, dicha transición energética implica que el sector minero probablemente vivirá un renacer en los próximos años ¿Por qué? Porque para fabricar estas tecnologías es necesario extraer metales, muchos de los cuales son críticos.
Por ejemplo, según la Comisión Europea, para fabricar un aerogenerador de 3 megavatios (MW) se requieren 335 toneladas de acero, 4,7 toneladas de cobre, 3 toneladas de aluminio, 2 toneladas de Tierras Raras, 1,2 toneladas de hormigón, así como Zinc, lo que ilustra el volumen de materias primas que se necesitan en la transición a las energías limpias.
Fig 1. Para fabricar un aerogenerador es necesario extraer minerales, muchos de los cuales son críticos. Fuente: Banco Mundial / Eulixe.com.
Si hablamos de baterías recargables, otra tecnología vital en la transición energética, ocurre algo parecido, pues algunas de ellas, por ejemplo, necesitan litio, níquel, grafito, y/o cobalto.
Además, de acuerdo con el escenario de transición económica del Bloomberg New Energy Finance (BNEF), la demanda de metales para centrales eléctricas basadas en combustibles fósiles (carbón y gas) representará menos del 6% de la demanda total de generación de electricidad en 2050.
Esta cifra supone un descenso de cerca del 16% respecto a 2022. Mientras tanto, el consumo de metales en las energías renovables y el almacenamiento en baterías se duplicará con creces en el mismo periodo.
Esta visión se repite en otro análisis de la misma BNEF, que dice que la demanda de los metales críticos aumentará en un 5% para 2050.
En el siguiente gráfico vemos que la demanda de metales para baterías de Ion-Litio superará las 17 millones de toneladas en 2030. Si miramos esto en retrospectiva, vemos que en 2020, esta demanda era de sólo algo más de 2 millones de toneladas, lo que da a entender, otra vez, que la demanda seguirá incrementando en el sector en los próximos años.
Fig 2. Se estima que la demanda de metales para las baterías de iones de litio superará los 17 millones de toneladas en 2030. Fuente: BNEF.
¿Qué son los metales críticos?
Por metales críticos nos referimos a un metal que se considera vital para la transición energética de las principales economías del mundo y de las emergentes, y cuyo suministro puede ser escaso.
Más argumentos para decir que la demanda de metales críticos crecerán. De acuerdo a IRENA (Agencia Internacional de Energías Renovables), la generación de electricidad en todo el mundo utiliza en torno a un 30% de energías renovables.
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Ese porcentaje deberá aumentar hasta alrededor del 90% en 2050, con más del 60% de toda la energía procedente de la energía solar fotovoltaica y la eólica, según uno de los escenarios de IRENA.
Por tanto, se necesitarán 8.000 gigavatios (GW) de energía eólica y 15.000 GW de energía solar fotovoltaica de aquí a 2050. Esto implica una media anual de 250 GW eólicos y 350 GW solares de aquí a 2050.
Por eso también se dice que el petróleo entrará en decadencia en las próximas décadas. De hecho, en el último informe Energy Outlook de BP, se ha expuesto que la demanda de petróleo empezará a disminuir rápidamente a partir de 2030 y ello en los tres escenarios planteados por el gigante petrolero BP.
Fig 3. BP prevé una disminución de la demanda de petróleo en sus tres escenarios. Fuente: BP / worldenergytrade.com.
Sin embargo, el rápido crecimiento de las energías renovables podría repercutir en que la oferta de metales se vea limitada por la falta de inversión en el sector.
Hoy la inversión en el sector de la minería se estima que estará entre los 149.000 millones de dólares en 2023. No es nada comparado con el gasto de capital mundial que vivirá el sector upstream del petróleo y el gas, el cual aspira alcanzar los 470.000 millones de dólares en el año en curso, según Wood Mackenzie.
Y como observamos en un principio, se necesitarán vastas cantidades de metales para impulsar la transición energética.
La Venezuela 4.0
Entonces ¿Puede Venezuela ser protagonista en el suministro de metales críticos?. Venezuela posee uno de los suelos más ricos del mundo, con grandes reservas de hidrocarburos y una amplia gama de recursos minerales, por lo que podría desempeñar un papel central en la llamada Transición Energética, de la misma forma que lo hizo en su día durante la Segunda Guerra Mundial, siendo un gran suministrador de petróleo cuando Occidente más lo necesitaba.
De acuerdo al site mineriaenlinea.com, el país cuenta con entre el 10% y el 23% de las reservas mundiales de cobre, hierro y oro. Esto lo podemos ver reflejado en el siguiente mapa, el cual expone la vasta cantidad de yacimientos de minerales metálicos que posee Venezuela:
Fig 4. Yacimientos de minerales metálicos en Venezuela. Fuente: Ministerio de Desarrollo Minero y Ecológico de Venezuela
De estos yacimientos destacamos los de oro, bauxita, hierro, coltán y plata. Pero sobre todo los yacimientos de cobre. El cobre es un metal rojizo y figura como el segundo mejor conductor de la electricidad.
En la actualidad, el cobre es una de las materias primas más esenciales para la fabricación de tecnologías limpias. Y recientemente, Goldman Sachs afirmó que los precios del cobre, por su condición de metal crítico, podrían alcanzar un récord de 12.000 dólares la tonelada en 2024.
En la Fig 4, observamos que los yacimientos de cobre están ubicados en todo el occidente de Venezuela: estados Mérida, Yaracuy, Zulia, Trujillo y Táchira. Sin embargo, el más importante no se encuentra en el occidente sino en el municipio Sifontes, estado Bolívar, dentro del Arco Minero del Orinoco (AMO).
Se trata del yacimiento «Siembra Minera», que cuenta con una reserva certificada de 2,5 millones de toneladas de cobre y un área geográfica de 18.951 hectáreas, según el Ministerio de Minas y Desarrollo Ecológico de Venezuela.
El Arco Minero del Orinoco comprende una zona minera de 111.843 km2. Para hacernos una idea de lo grande que es, el territorio equivale a la superficie del país caribeño Cuba (110.860 Km2) y algo menos de la superficie del país centroamericano Honduras (112.492 Km2) (ver Fig 5).
Fig 5. Superficie del Arco Minero del Orinoco. Fuente: Ministerio de Desarrollo Minero y Ecológico de Venezuela.
No menos importante es el hierro y el oro. Por ejemplo, el denominado Cerro Bolívar, ubicado a unos 77 km de Ciudad Bolívar (Estado Bolívar), ha sido descrito como el lugar con «la concentración más rica del mineral de hierro en la superficie de la Tierra». Y se calcula que la mitad del cerro está conformada por minerales ferrosos de alta calidad (aproximadamente 500.000 de toneladas).
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El oro, por su parte, también es muy importante, cómo podemos ver en las Figs 4 y 5. Si bien es difícil de estimar con certeza la producción oro en Venezuela, un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) sugieren que podría situarse en 75 toneladas anuales. A modo de comparación, en 2021 la producción de oro en Argentina se situó en 35 toneladas métricas, según refleja Statista.
Y si hablamos de las reservas de oro del país, tenemos que Venezuela tiene alrededor de 161 toneladas de oro, según los últimos datos difundidos por el Banco Central de Venezuela. Esta cifra es aproximadamente un 25% superior a la de México, que tenía alrededor de 120 toneladas en septiembre de 2022. Mientras que Brasil ocupa el segundo lugar en la región, con 130 toneladas.
Fig 6. Países latinoamericanos con las mayores reservas de oro. Fuente: Statista.com.
Sin embargo, desde la nacionalización de la industria minera en 2011, la delincuencia organizada y la minería ilegal han invadido el sector de la minería de oro del país, afectando a las comunidades indígenas e impactando en las reservas naturales, comunica DW en un reporte.
De hecho, en el mismo reporte se expone que gran parte de la producción de oro de Venezuela saldría de manera ilegal del país.
Por último, no podemos volver a pensar en una economía basada únicamente en el sector petrolero. Hay que incluir nuevos sectores, ya que no podemos arriesgarnos a apostar todo al petróleo si tenemos en cuenta que la mayoría de los países consumidores reducirán la demanda de este recurso.
Los expertos creen que el petróleo seguirá siendo clave en Venezuela. Pero es preciso valorar otras fuentes de crecimiento, porque si algo hay que tener en cuenta es que el futuro del petróleo podría tener los días contados.
Chile y Perú son claros ejemplos de que el sector minero si puede impulsar un país. Los dos son la cuarta y sexta economía de América Latina y el Caribe, respectivamente, y sus economías se basan principalmente en los ingresos procedentes del sector minero.
A escala internacional, la producción chilena es una de las más elevadas del mundo en varios metales y minerales, como el molibdeno, la plata y el oro, pero el cobre es sin duda el metal más importante de la economía de Chile.
Dado el gran valor que tendrá el sector minero en el contexto internacional, Venezuela debería fijarse en estas dos referencias, ya que sería una buena forma de diversificar su economía y un buen respaldo para los momentos en los que los precios del petróleo no sean los más altos.
Sin embargo, como ocurre con cualquier ambicioso proyecto, no se realizará de la noche a la mañana. Pero si se buscan inversiones y se dan las garantías adecuadas, en 15 o 20 años Venezuela podría tener una nueva industria metalúrgica-
Esta “industria que en el pasado interactuaba constantemente con el sector petrolero, al obtenerse de este sector toda una serie de cadenas de producción vinculadas al ramo petrolero”, expone el Dr. en economía del MIT, Osmel Manzano, en el informe titulado “Propuestas para resolver la crisis económica de Venezuela”.
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