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15/05/2018 04:21 PM
| Por * Enrique González

Control de precios en medio de una expansión monetaria

Control de precios en medio de una expansión monetaria

La gestión económica de la revolución, pero muy especialmente la del Gobierno de Nicolás Maduro más que irresponsable ha sido criminal. La única política pública, económica y de carácter permanente ha sido una brutal expansión monetaria y una serie de controles de precios en medio de un proceso inflacionario acelerándose.

Si existe un consenso en materia económica entre economistas de distintos “enfoques o escuelas” es lo transitorio que deben ser, eventualmente, los controles de precios.

Lo anterior basado entre otros argumentos, por ejemplo, en que los controles de precios evitan que el sistema de precios de los mercados orienten los recursos según su valoración social hacia destinos que maximizan el bienestar social, por lo que este tipo de controles imponen un costo a la sociedad traducido en una destrucción de los ingresos reales -producto de las ineficiencias comentadas-.

Adicionalmente, es harto conocido y explicado teóricamente y soportado con suficiente evidencia que si bien los mercados negros coadyuvan a evitar el costo social anterior, una administración punitiva del control de precios especialmente en contra de los oferentes y comercializadores formales y primarios; dificultará el ajuste en la asignación eficiente de los recursos que permitiría una mayor oferta y por el contrario simplemente crearía rentas de escasez y arbitraje en favor de comercializadores informales. Por este misma razón los controles de precios como política redistributiva no sólo resultan ineficientes porque no terminan beneficiando a la población objetivo, sino que distorsionan el sistema de precios relativos creando, eventualmente, presiones para un sobre-consumo de los productos regulados -acelerándose episodios de escasez-.

Lo anterior termina exigiendo políticas complementarias de racionamiento, para intentar administrar “justicia” en el acceso a los bienes -siempre en el corto plazo-.

El mismísimo Milton Friedman reconoció en una oportunidad que los controles de precios podrían tener un efecto positivo en el cortísimo plazo, circunscritos exclusivamente como complemento a una política monetaria restrictiva para coadyuvar a disuadir las expectativas de estabilización del ratio de dinero por producto en la economía. Fue el caso de Argentina en los años 60 el que habría aludido Friedman en su momento.

La lógica económica subyacente implica que si no existe un acompañamiento del ajuste de las expectativas de reducción de la inflación con la política monetaria restrictiva, los precios podrían continuar aumentando produciendo un proceso recesivo producto de un aumento de precios y una mermada capacidad de compra por parte de la demanda.

Sin embargo, cualquiera pudiera advertir que un control de precios conjuntamente con una política de expansión monetaria es gasolina para un incendio. Primero porque las expectativas inflacionarias se mantendrían o aumentarían y segundo porque los ajustes cuando ocurren suelen ser mucho más violentos.

Adicionalmente los episodios de racionamiento a nivel mundial han solido estar circunscritos a episodios excepcionales como guerras mundiales, y recortes súbitos de fuentes de suministros. Ante estos escenarios, como ocurrió en USA durante la Segunda Guerra Mundial, el racionamiento fue utilizado como una manera complementaria de hacer cumplir el precio regulado y garantizar equidad en el acceso a ciertos bienes. Pero su orientación, de corto plazo y excepcional, obedecía más a la situación atípica de corto plazo de bloqueo de sus fuentes de suministros por tropas enemigas, que en respuesta a una política monetaria expansiva e inflacionaria

Otra situación muy distinta es la venezolana donde los problemas de acceso a fuentes de suministro de materias primas y/o productos de consumo final son producto de una pésima política económica y financiera e incluso producto, parcialmente, de una lamentable política exterior, y una política monetaria expansiva en medio de un proceso inflacionario acelerándose. En este caso el ratio de dinero por producto se potencia y aumenta, las expectativas inflacionarias se incrementan, y la política de control de precios empeora la situación creando mayores brechas entre demanda y oferta e incrementando el precio paralelo que vaciaría el mercado regulado.

En Venezuela si bien los controles de precios recientes y actuales iniciaron su configuración normativa desde el año 2003, el hecho cierto es que a partir del 2014 con la promulgación de la Ley Orgánica de Precios Justos es cuando se establece un benchmark regulatorio que supondría una especie de amenaza generalizada de fijación de precios a todos los bienes y servicios. Casualmente a lo largo del proceso de endurecimiento de los controles de precios es cuando la política monetaria ha sido más expansionista. La Liquidez monetaria de inicio de mayo de 2014 a inicio de mayo de 2018 aumentó alrededor del 56.624%.

* Economista UCV. Master in Competition and Market Regulation, BarcelonaGSE, Universidad Pompeu Fabra, Universidad Autónoma de Barcelona. Master en Economía Industrial, Universidad Carlos III de Madrid.

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