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30/10/2019 08:10 PM
| Por Por: Armando J. Pernía /@ajpernia

Balance rojo del agro: el crédito llega a muy pocos y solo cubre 3,3% de las necesidades

Balance rojo del agro: el crédito llega a muy pocos y solo cubre 3,3% de las necesidades

El primer vicepresidente de Fedeagro, Celso Fantinel, señala que el sector agropecuario necesita 1.200 millones de dólares en créditos anuales para producir a 100% de capacidad y que el país sea autosuficiente en 60 rubros, pero lo que ha ocurrido es que el aporte se ha reducido a 40 millones y se ha concentrado en unas 15 empresas.

Estos datos revelan que, medido en dólares, el crédito otorgado al sector solo alcanza para cubrir 3,3% de las necesidades anuales.

En declaraciones a Banca y Negocios, Fantinel señaló que desde 2017 se maneja una lista de beneficiarios que primero gestionaba Agrofanb y ahora lo hace Agrosur, que concentra la cartera agrícola y la distribuye. El año pasado solo fueron beneficiados unos 1.500 productores.

«En este grupo de beneficiados hay productores conocidos, mientras que a otros nadie los conoce. En el caso de las empresas, hay pocos productores reconocidos. Incluyeron a dos asociaciones de Fedeagro Asoportuguesa, una es ´Doña Emilia´, que produce harina de maíz precocida y arroz, por eso le dan insumos y créditos, y otra que es un programa de producción Futuragro. Hay otras asociaciones, unas viejas y otras constituidas solo hace dos años para que Agrofanb les diera los insumos», explica Fantinel.

El volumen de crédito a la producción agropecuaria se ha venido reduciendo, medido en dólares, con cada año que pasa. Fantinel sostiene que algunas asociaciones recibieron en 2016 cerca de 60% de los recursos necesarios y ya en 2017 el monto se redujo a menos de 30%.

El primer vicepresidente de Fedeagro señaló, además, que el sector bancario comenzó a solicitar garantías valoradas en dólares para otorgar préstamos, ya que los avalúos de las propiedades y activos eran insuficientes en bolívares, debido a la depreciación ocasionada por la hiperinflación; sin embargo,  las entidades llegaban a acuerdos con descuentos aplicados a la tasa de cambio.

«No todas las asociaciones tenemos industrias o bienes del valor suficiente como para pedir 5 millones o  10 millones de dólares para sembrar maíz arroz, sorgo, caña o café», explica Fantinel a Banca y Negocios.

Entre los pocos beneficiarios del financiamiento agrícola disponible hay pocas empresas serias, como «El Tunal» y «Purolomo», que -precisa Fantinel- tienen alianzas con productores conocidos e igualmente serios para abastecer sus plantas procesadores; sin embargo, menudean empresas vinculadas a Gobernaciones y a otros entes públicos, que no producen lo que deben ni rinden cuentas.

«En 2018, a esos ´enchufados´ les dieron 70% de insumos y sembraron 50% del área comprometida, mientras que las asociaciones de Fedeagro, con 30% del suministro y nuestras propias reservas sembramos proporcionalmente mucho más, alcanzando el mismo 50% de superficie comprometida,.porque somos los verdaderos productores, acostumbrados a sembrar, cosechar, honrar nuestros compromisos con la banca. En los últimos 10 años la morosidad del sector agrícola primario prácticamente cero», enfatiza Fantinel.

Balance rojo del agro: el crédito llega a muy pocos y solo cubre 3,3% de las necesidades

– El balance rojo –

Como resultado de los múltiples desestímulos que afectan a la producción agrícola del país, ya que no solo se trata de la sequía y concentración del crédito, sino de otras amenazas, como la inseguridad y el desconocimiento de la propiedad privada sobre la tierra, las perspectivas del sector son francamente malas de cara a 2020.

Según el balance de Celso Fantinel, primer vicepresidente de Fedeagro, solo hay sembradas 130.000 hectáreas de maíz, 70% amarillo 30% blanco; 47.000 de arroz de invierno y no más de 4.000 de sorgo. En 2008, había 720.000 hectáreas de maíz productivas, 180.000 de sorgo de invierno y verano, y 130.000 de arroz de cosecha en invierno y otras y 90.000 de verano, con rendimientos nacionales muy superiores a los de estos últimos cinco años.

La data proporcionada por el dirigente gremial da cuenta de que la superficie cultivada de maíz cayó en 81,94% en 10 años; sin duda un retroceso histórico; la de sorgo se desplomó 97,77% en el mismo período y la arroz se fue a pique en 76,5%. Otras fuentes distintas a Fantinel revelan que sus siembras tienen rendimientos con caídas cercanas a 80% por cada hectárea.

«Hay un condicionante con el maíz. Bayer-Monsanto accedió a vender a crédito 192.000 bolsas de maíz híbrido que llegarían desde México. Hasta donde entiendo, el gobierno no ha cancelado nada y cada bolsa vale 107 dólares en puerto. Mientras tanto, celebran que han sembrado 4.500 hectáreas de maíz amarillo de semilla variedad ´Inia 7´ en Guárico, lo que es un retroceso de 50 años. La producción cae en superficie y en rendimiento, no solo porque no hay semillas adecuadas, sino porque se necesitan más maquinarias, repuestos y combustible», refiere Fantinel.

La rentabilidad de la producción agrícola es negativa en estos últimos años, «y los malandros que secuestran, extorsionan, roban porciones de fincas, bombas de agua y bancos transformadores dejan sin posibilidades de riego las siembras de arroz y caña de azúcar, por ejemplo».

Fantinel predice una severa crisis de abastecimiento de productos derivados del maíz, porque solo 5% de los productores podrán sembrar.

maíz

– Perspectivas rubro por rubro –

En el caso del arroz, para la cosecha de invierno de 2019 se sembraron, como ya se apuntó 47.000 hectáreas, una baja de 19.000 en comparación con las 76.000 del mismo ciclo de 2018. La cosecha de verano no abarcará más de 15.000 hectáreas.

La producción de caña de azúcar, según Celso Fantinel, primer vicepresidente de Fedeagro, está prácticamente desatendida, a tal punto que lleva tres años sin recibir insumos ni fertilizantes. La superficie cultivada bajó de 110.000 hectáreas en 2017 a 60.000 en 2019, mientras que el rendimiento promedio por hectárea se desplomó de 110.000 toneladas métricas en 2008 a solo 45 toneladas métricas 10 años después.

La producción de hortalizas ha perdido 70% de la superficie cultivada y parte de la cosecha se sacrifica para obtener semillas, un proceso que ocurre con los cultivos de papa, cebolla, cebollín, pimentón y tomate. Las cosechas serán inferiores en más de 50% promedio.

De las 35.000 hectáreas de cítricos que había en producción, cerca de la mitad ha sido arrasada por la epidemia de «dragón amarillo», que también afecta a la cosecha de limones.

La producción de café no alcanzará a más de 400.000 quintales en 2019, cuando en 2018 fue de 520.000 y en 2008 de 1.500.000. «El café es uno de los rubros que más impacto social directo tiene. Son muchas familias que dependen de su cultivo; por eso les hemos enseñado a sembrar maíz, caraotas y plátano para que puedan comer, pues, si es por el café, se mueren de hambre. Los intermediarios son los que hacen negocios con este producto», apunta el primer vicepresidente de Fedeagro.

Según la data del Banco Central de Venezuela, debería haber 78.000 tractores activos; sin embargo, la realidad es que 80% de parque tiene más de 20 años de cumplimiento de vida útil, en un sector que demanda renovación constante.

«Con tractores que tienen, en promedio, 40 años rodando ni siquiera puedes hablar de procesos de siembra extensiva», concluye Fantinel.

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