Victor Álvarez pide congelar elecciones y coalición para enfrentar emergencia económica y sanitaria

El economista y ex ministro Víctor Álvarez propone la posposición indefinida de las elecciones parlamentarias y un acuerdo político de coalición entre la administración de Nicolás Maduro y la oposición liderada por Juan Guaidó, no solo para enfrentar la amenaza del coronavirus, sino para alcanzar una estrategia de emergencia para enfrentar los efectos económicos de la caída de los precios del petróleo en un contexto tan crítico como el venezolano.

En opinión del analista, el sistema de salud venezolano no está en capacidad de responder ante la posibilidad de una propagación masiva y acelerada del Covid-19 en Venezuela. «La precariedad del sistema de salud venezolano -colapsado sin que todavía se haya producido un solo caso de coronavirus-, nos coloca en una situación de extrema vulnerabilidad. Quien resulte contagiado puede correr un riesgo mortal. Prevenirlo exige quedarse en casa  y modificar muchos hábitos sociales: retirar el saludo con abrazos, besos y apretones de manos; evitar asistir a concentraciones públicas y utilizar un tapaboca forman parte de los nuevos hábitos a desarrollar».

Álvarez, ganador del Premio Nacional de Ciencias, ex ministro de Industrias Básicas y Minería y ex presidente del Bancoex, advierte contra la «ceguera» que puede generar la «obsesión electoral» en los diferentes factores políticos. «Las concentraciones públicas y el estrecho contacto personal –inherentes a una campaña electoral-, pueden terminar convirtiéndose en un factor propagador y acelerador de la pandemia del coronavirus en todos y cada uno de los 335 municipios del país, en los cuales el sistema de salud está en el suelo y donde ni siquiera hay agua permanente para lavarse las manos con la frecuencia indicada», alerta.

– Gobierno de coalición –

«La gravedad de la amenaza impone al oficialismo y la oposición conformar un Gobierno de Coalición a fin de complementar capacidades y recursos para evitar que, una vez que la pandemia llegue Venezuela, se expanda y cause estragos en la población. A este este Gobierno de Coalición le tocaría hacer el ´trabajo duro´ de conjurar la amenaza del coronavirus, el ´trabajo sucio´ de aplicar las medidas de ajuste para sanear la economía y el ´trabajo delicado´ de reinstitucionalizar los poderes públicos para convocar elecciones limpias y transparentes».

De esta manera, el economista Víctor Álvarez reincide en su propuesta para salir de la crisis, que se inscribe dentro del abanico de salidas que plantean sectores no alineados; sin embargo, las posturas de Maduro y Guaidó permiten asumir que esta es una propuesta inviable.

En principio, el gobierno de Maduro busca presionar a Brasil y Colombia con una propuesta de colaboración para enfrentar el posible impacto del coronavirus que, de ser aceptada, implicaría un reconocimiento de hecho de su legitimidad por parte de sus países vecinos, cuando, en realidad, ambas naciones están mejor preparadas que Venezuela no para impedir la llegada del virus, sino para atender sus efectos sanitarios.

Igualmente, la estrategia del gobernante chavista busca contactos directos con el gobierno de Estados Unidos para «negociar» el levantamiento de sanciones financieras con fines humanitarios, ya que, según dice, estas medidas coercitivas impiden la dotación de recursos para prevenir y enfrentar la pandemia en el país, cosa que el mandatario reconocido por Washington y presidente del parlamento, Juan Guaidó, ha desmentido categóricamente.

Es cierto que Maduro no tiene obstáculo para adquirir en el exterior medicinas y alimentos, pero el problema es conseguir los recursos para pagarlos en una precariedad financiera estructural que las sanciones agravan, efectivamente.

«La mediación internacional puede contribuir a estos propósitos si gestiona un cambio de sanciones financieras y comerciales por incentivos económicos que se le otorgarían al Gobierno de Coalición conformado por el oficialismo y la oposición. Así ambos bandos, en lugar de seguir apostando a exterminarse, complementarían  sus capacidades y recursos para enfrentar la amenaza del coronavirus, reactivar la economía, reinstitucionalizar los poderes públicos, convocar elecciones y sacar al país de la crisis. Más allá de la obsesión electoral que tienen los aspirantes a diputados o a la Presidencia de la República, el interés nacional indica que es mejor convocar las elecciones una vez que se hayan superado los graves problemas que harían inviable la gobernabilidad de Venezuela», apunta Álvarez.