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04/12/2023 11:57 AM
| Por Alejandro Ramírez Morón

#Datos Iván Acosta (PGA Group) plantea permitir el pago por horas de trabajo y suprimir inamovilidad

El dólar manda en las remuneraciones, así como la informalidad, dice Iván Acosta, de PGA Group, con datos sobre el mercado de trabajo en el país.

#Datos Iván Acosta (PGA Group) plantea permitir el pago por horas de trabajo y suprimir inamovilidad

Con la expulsión de Adán y Eva del Jardín del Edén, nacieron –al menos- tres cosas: la moda, la gastronomía y… el trabajo. “Ganarás el pan con el sudor de tu frente”, sentenció la voz inescrutable de Dios.

Desde entonces hasta acá, es mucha el agua que ha corrido por debajo del puente, y pasamos –para referirnos a lo más reciente- por la Industrialización, el nacimiento del marxismo, la Encíclica Rerum Novarun –que dio origen al social-cristianismo-, hasta llegar a la época de la inteligencia artificial (IA), cuando muchos temen que un robot les quite el puesto de trabajo.

El trabajo es algo inherente al día a día del hombre. También nacieron los sindicatos, y las izquierdas más radicales de los años 60 que hoy llegaron al poder.

El panorama general

Por esto, cabe preguntarse: ¿Qué está pasando con los salarios hoy en Venezuela? ¿Se aplica la Ley del trabajo? ¿Cuánto pagan las empresas?, entre un rosario de interrogantes.

Iván Acosta es director general de PGA Group, una consultora especializada en capital humano.

Cuando se le consulta qué está pasando con los salarios en Venezuela, subraya: “Este año, las mejoras en términos reales de los salarios, que se esperaban, no se produjeron. Se esperaban mejoras sustanciales en términos reales y que las compañías fueran moviéndose progresivamente hacia la salarización de algunos medios de pago”, inicia su declaración.

Se trataba de dar cada vez más formalidad al pago de los salarios. Pero no sucedió ni una cosa ni la otra, explica Acosta en entrevista con Banca y Negocios.

Acosta dice que el sector privado puede estar pagando entre 5 y 8 veces más que el sector público.

-¿Cuánto gana –por ejemplo- el gerente general de una PyME?

-Podría estar entre los 80 y 100.000 dólares al año. Estamos hablando de una empresa que tenga unos 100 o 200 trabajadores, eso es lo que se conoce hoy como PyME.

-¿Y un gerente de marketing de una gran multinacional extranjera?

-Un poco menos que el gerente general de una PyME. Quizá entre 70 y 80.000 dólares.

Estos promedios indican que los salarios mensuales en ciertas posiciones se ubican entre un mínimo inferior a 7.000 dólares y máximo que puede llegar a 8.000, pero aquí se estaría haciendo referencia a menos de 1% de la población empleada que, según la consultora Ecoanalítica, reporta ingresos mensuales superiores a 1.000 dólares en Venezuela.

30% salarial, 70% no salarial

Ahora bien, ¿Cómo están pagando las empresas? “Un componente de 30% con el tema salarial, y 70% con temas no salariales, y cuidado si un 80% nominal pagado en dólares y el resto en bolívares”, dice, claro como el agua.

Iván Acosta, director general de PGA Group, recuerda que Venezuela viene de períodos muy difíciles, como la época del desabastecimiento, y luego la hiperinflación. Allí las compañías empezaron a suministrar dinero a la gente por distintos canales: ticket 1, ticket 2, ticket 3, etcétera.

Finalmente se abre la libre convertibilidad de la moneda y el dólar comienza a ganar protagonismo. Muchas compañías –expone- han ido avanzando en el sentido de no sólo pagar en dólares, sino cada vez más dólares.

“En todos los mercados los profesionales están sub-pagados”, indica Acosta, sin embargo. Pone el ejemplo de un profesional que debería ganar USD 1.500, pero gana USD 700.

Hay un arbitraje que está haciendo el mercado, porque el esquema salarial formal se derrumbó, y un periodista puede ganar USD 300, mientras un mototaxista dos o tres veces más.

“Hay mecánicos que ganan más que un gerente, que requiere más conocimientos, trabaja más que antes, pero está en una actividad productiva mermada. Hay una reestructuración del mercado”, precisa Iván Acosta las incongruencias del mercado laboral venezolano.

El analista también refiere actividades micro-complementarias, como los pequeños emprendimientos “pero esto no motoriza la economía, ni mucho menos”. Cuenta que Venezuela está montada sobre un esquema de desempleo e informalidad gigantesco.

-¿Cuál es el ingreso de un Venezolano de a pie?

-Es muy difícil sacar esos promedios, pero diría que entre USD 200 y USD 250.

Todo lo que está asociado al área comercial, tecnología, logística y finanzas es lo que está mejor pagado.

Carencia de personal calificado

Pero, ¿Qué está pasando con la Ley del Trabajo? “Que no se puede aplicar. Venezuela no puede aplicar la Ley del trabajo a plenitud”.

El personal calificado es insuficiente, y el que tenemos está desmotivado, desactualizado, obsoleto, apunta Acosta en otra arista no menos grave del problema.

“No es que hemos perdido personal calificado por el tema de la migración. Hemos perdido nuestro nivel de habilidades y conocimientos, nos hemos desactualizado, estamos obsoletos”, indica Acosta con crudeza en cuanto a la preparación real del personal calificado.

En cuanto a cómo cierra el año en términos de compensaciones, el experto en gestión de capital humano apunta que los bolívares se movieron a razón de 1.20% más que la inflación, y los dólares, entre 1.5% y 1.10%.

Mientras que los esquemas de remuneración mixta (dólares + bolívares) compensaron entre 5% o 10% más que el año anterior, asevera.

Cambios que se deberían hacer

Iván Acosta, director general de PGA Group, sostiene que, si dependiera de él, suspendería de inmediato la inamovilidad laboral, que en la práctica no se cumple en los términos previstos en la norma, porque es algo materialmente imposible para las empresas, pero que genera ruido al incrementar el riesgo de contratar y formular condiciones laborales.

Igualmente, permitiría a las empresas tomar medidas en cuanto a los trabajadores que no funcionan, con una flexibilización general de la Ley que equilibre la relación laboral en cuanto a los procesos de despido, e incluso de compensación, porque la norma establece una política salarial colectiva, cuando debería estar más determinada por el rendimiento individual.

Luego Iván Acosta plantea permitir el pago por horas trabajadas, lo cual resulta más eficiente para las empresas en esta coyuntura y permitiría al trabajador un esquema más flexible para buscar incrementos de sus ingresos.

Acosta concluye que es perfectamente posible generar  políticas de empleo eficientes, en diversos ámbitos, incluyendo beneficios fiscales a la creación de fuentes de trabajo.

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