Arrancó "razzia" laboral en el Departamento de Estado de EEUU con más de 1.300 despidos
La ola de despidos en el Departamento de Estado alcanzará a casi 3.000 empleados de un total de 18.000. Críticos alertan sobre un debilitamiento grave de la capacidad diplomática estadounidense.

El Departamento de Estado de Estados Unidos comenzó a despedir a más de 1.350 empleados con sede en el país, como parte de una reorganización sin precedentes impulsada por la Administración del presidente Donald Trump.
Esta medida, que afecta a 1.107 funcionarios del servicio civil y 246 del servicio exterior, se produce en un momento de alta tensión geopolítica, con crisis simultáneas en Ucrania, Gaza y Medio Oriente. Y con la mira puesta también en China.
La reestructuración, ordenada por el presidente Donald Trump en febrero de 2025 y anunciada por el secretario de Estado Marco Rubio en abril, responde a la agenda de ‘America First’ que busca alinear la política exterior con las prioridades del presidente en materia de recorte del Estado.
Según un aviso interno del Departamento de Estado, organismo encargado de la política exterior estadounidense, los despidos están diseñados para “optimizar operaciones nacionales”, lograr “eficiencias considerables”, y eliminar “funciones no esenciales, oficinas duplicadas o redundantes”.
La reducción total de la nómina, que incluye salidas voluntarias, afectará a casi 3.000 personas de un total de 18.000 empleados con base en Estados Unidos.
Esta arremetida de la Administración Trump contra funcionarios públicos ha desatado una ola de críticas. Antiguos diplomáticos, congresistas demócratas y la Asociación del Servicio Exterior de Estados Unidos (AFSA) han calificado los despidos como un “golpe catastrófico” para los intereses nacionales.
“Perder experiencia diplomática en este momento crítico a escala mundial es una decisión ridícula”, afirmó el senador demócrata y ex gobernador del estado de Virginia, Tim Kaine, al señalar la guerra en Ucrania, la ofensiva israelí en la Franja de Gaza, y las tensiones entre Israel e Irán.
Kaine también destacó la creciente presencia diplomática y militar de China, que contrasta con la reducción de capacidades de Estados Unidos. De acuerdo con el senador, la decisión de reducir la capacidad diplomática de Estados Unidos plantea serios interrogantes sobre su capacidad para contrarrestar la asertividad estratégica de Beijing.
“China está aumentando su presencia diplomática en todo el mundo y estableciendo una red de bases militares y de transporte en el extranjero mientras Estados Unidos recorta su capacidad”, dijo Kaine citado por la agencia de noticias Reuters.
La experiencia diplomática es crucial para contrarrestar la expansión china
Aunque el secretario de Estado, Marco Rubio, insiste en que los despidos eliminan “puestos, no personas” y que la reestructuración fortalecerá la diplomacia estadounidense, las críticas sugieren lo contrario.
Los despidos en el Departamento de Estado, ordenados por la Administración Trump, afectan a personal con décadas de experiencia en regiones clave como Asia-Pacífico, donde la competencia comercial con China es más intensa.
Según los exdiplomáticos críticos con Trump, la experiencia perdida no se reemplaza fácilmente y la reducción del 18% de la fuerza laboral doméstica del Departamento de Estado podría dejar a Washington sin las herramientas necesarias para responder a las maniobras diplomáticas de Beijing.
El recorte en el Departamento de Estado se suma al cierre de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), y la eliminación de programas de ayuda exterior. Una serie de decisiones que debilitan el poder blando de Estados Unidos en el mundo y que podrían ceder espacio a China en regiones como África y América Latina.
A través de la iniciativa de la ‘Nueva Ruta de la Seda’, por ejemplo, y otros programas, China ofrece préstamos, infraestructura y cooperación sin las condiciones de derechos humanos que suelen acompañar la ayuda estadounidense.
¿Debilitamiento del liderazgo de Estados Unidos en el escenario internacional?
Entre las medidas más controvertidas de la reestructuración del Departamento de Estado está la eliminación del cargo de alto funcionario para seguridad civil, democracia y derechos humanos, así como el cierre de oficinas que monitorean crímenes de guerra y conflictos globales.
Particularmente alarmante es el impacto en programas de reasentamiento de refugiados, como la Oficina del Coordinador de Esfuerzos de Reubicación de Afganos (CARE), que apoyaba a afganos que trabajaron con EE.UU. durante la guerra de 20 años.
Jessica Bradley Rushing, una empleada de CARE, expresó su conmoción tras recibir su notificación de despido, señalando que su equipo fue “masacrado”.
El senador Andy Kim, ex asesor del Departamento de Estado en Afganistán, describió la escena de los despidos como “desgarradora”, mientras que Robert Blake, exembajador bajo las administraciones Bush y Obama, lamentó el trato a funcionarios que sirvieron con “lealtad y distinción”.
Por su parte, Gordon Duguid, un veterano del servicio exterior advirtió que la administración Trump parece priorizar la lealtad política sobre la experiencia, una “receta para el desastre”, indica una nota de France Press.
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