#Exclusivo Salud visual en Venezuela: un lujo y una amenaza invisible
Un oftalmólogo requeriría de, al menos, US$ 30.000 para montar un consultorio con equipos de calidad, lo que presiona los precios de las consultas.
Usar lentes genéricos, de los que venden en farmacias y algunas tiendas de bisutería, fue la opción que le quedó a Luis Ramón Gómez, de 45 años, cuyo trabajo como gerente de una zapatería no le permitía acceder a una consulta oftalmológica, así como a otros servicios de salud, y a unos lentes que se adecuaran a sus padecimientos: miopía y astigmatismo.
Luis Ramón usó este tipo de anteojos hasta que no pudo más, su visión quedó más deteriorada y los dolores de cabeza eran más fuertes y frecuentes. A inicios de enero pudo asistir a una consulta profesional en Caracas.
Pagó 80 dólares en un consultorio en el centro de la ciudad y 70 dólares adicionales por cristales y una montura de costo promedio o, más bien, económico.
Para acudir a una consulta oftalmológica en Venezuela, un paciente debe contar con recursos entre los 50 y 150 dólares como base, dependiendo de la zona del país, las condiciones del consultorio y los equipos disponibles, además de la trayectoria y especialidad del médico que hará la revisión.
Por ejemplo, un sondeo realizado por Banca y Negocios entre varios consultorios de ejercicio privado especializados en oftalmología en el país arrojó que en Caracas los precios de consultas oscilan entre 70 y 150 dólares.
En ciudades como Maturín o Cumaná, en el oriente del país, el precio oscila entre los 40 y 60 dólares, mientras que en zonas como los estados Aragua y Carabobo, los costos varían entre los 60 y 100 dólares.
Pero, el costo de la salud visual en Venezuela lo pagan tanto pacientes como profesionales en esta área.
El precio que pagan los profesionales
El médico oftalmólogo Wilson Law, egresado de la Universidad de Carabobo (UC), con 10 años de ejercicio en el área quirúrgica y tres como profesional de la salud visual, explicó algunos de los costos en equipos e insumos básicos que se requieren para poder establecer un consultorio que preste atención integral en el área de la visión.
“Cuando se habla de precios de consultas, hay que decir que no todo es ganancia para los médicos. En eso van incluidos costos operativos, porque necesitamos equipos especializados, hacer mantenimiento y reparaciones, comprar insumos, pago de alquiler, entre algunos aspectos”, indicó el especialista.
En ese sentido, destacó algunos precios de equipos básicos que son importados y que, cuando son de la mejor calidad provenientes de países como Japón y Alemania, se tornan más costosos pero que con su adquisición aseguran mayor calidad en resultados, durabilidad del equipo y garantía de servicio técnico al momento de hacer reparaciones
Ente los equipos especializados que destacó está el Autorefractómetro, el cual mide la capacidad de enfoque de los ojos e indica un valor aproximado de su graduación. El costo de este equipo, de alta gama, es de aproximadamente 13.000 dólares, un precio que se pudo comprobar en el sitio especializado en venta de equipos médicos Bimedis, donde los rangos de precios van desde los 5.000 hasta los 13.000 dólares.
Una lámpara de hendidura (un microscopio con luz brillante que se utiliza durante un examen ocular) tiene un costo que oscila entre los 8 y 15.000 dólares, dependiendo de la marca; un proyector forostero puede costar hasta 2.000 dólares y, si es digital, su precio tiende a incrementar.
Para acudir a una consulta oftalmológica en Venezuela, un paciente debe contar con recursos entre los 50 y 150 dólares como base, dependiendo de la zona del país.
Una unidad oftalmológica tiene un precio que oscila entre los 6.000 y 7.000 dólares. Tomando como base estos precios, un profesional de la oftalmología requeriría de, al menos, 30.000 dólares para establecer un consultorio con equipos de calidad.
Sin embargo, Wilson Law destacó que todos los equipos también están disponibles con proveedores y fábricas asentadas en China y que los precios suelen disminuir hasta en un 50% aunque sin garantías –en la mayoría de ocasiones- de poder acceder a reparaciones o reposición de piezas y servicio técnico.
Usando equipos de tecnología china, la inversión para un consultorio puede ser entre los 10.000 y 15.000 dólares.
También destacó que las ópticas pueden ofrecer precios menores a los pacientes, pero que muchas veces “se trata de equipos adquiridos a través de empresas chinas, que no son de la mejor calidad y con personas que muchas veces no son profesionales de la salud visual y en ocasiones no arrojan resultados totalmente acertados”.
Adicional a la lista de equipos médicos, los profesionales deben sumar costos de mantenimiento, reposición de equipos, compra de insumos, pago de alquiler y servicios.
Law indcó que, en la actualidad, hay disponibilidad de insumos en el mercado y empresas que ofrecen tanto equipos como servicio de mantenimiento y, en ocasiones, hasta línea de créditos a profesionales.
“Hace unos años, en comparación por ejemplo con 2016 o 2017, estamos mejor en cuanto a la disponibilidad de insumos y equipos”, dijo.
Salud visual a ciegas
Un punto en el que coincidieron el doctor Wilson Law y la oftalmóloga Marjorie Vegas es que en Venezuela no hay cifras actualizadas sobre padecimientos de patologías relacionadas a la visión y que estas ni siquiera aparecen en el más reciente Boletín Epidemiológico publicado en el país, que data de 2016.
“La salud visual en Venezuela no es prioridad para pacientes, hasta que presentan síntomas. No hay medicina preventiva y en cuanto al sistema de salud pública, la mayoría de las intervenciones quirúrgicas no son constantes sino que se hacen a través de operativos especiales”, precisó Vegas, oftalmóloga egresada de la Universidad Central de Venezuela (UCV).
Al respecto, Wilson Law precisó que, aunque una mala salud visual influye negativamente en el desempeño de la vida cotidiana, es una de las mayores causas de ausentismo laboral y quienes padecen estas patologías pueden desarrollar también problemas de salud emocional.
El deterioro de la visión y la dificultad que puede implicar hacer actividades regulares son problemas que se atienden cuando pacientes acuden tardíamente al médico y, a este nivel, los daños en la visión pueden ser irreversibles.
El Ministerio de Salud, en una publicación en su portal web oficial, con fecha del 13 de octubre de 2023, reseñó a través del Programa Nacional de Salud Visual (PNSV) que en el primer semestre del 2023 realizó “125.535 consultas por primera vez y 82.587 sucesivas, 2.483 cirugías de catarata, 2.627 cirugías de pterigium, 2.771 de glaucoma y 46.321 consultas del programa Salud va a la Escuela”.
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