#Informe | ¿Qué implicaciones tiene la compra del BOD por parte del BNC?

La adquisición del BOD por parte del Banco Nacional de Crédito (BNC) puede ser, en parte, expresión de un necesario proceso de reestructuración del mercado bancario, derivado de las recientes exigencias de capitalización establecidas por la Superintendencia Nacional de Instituciones del Sector Bancario (Sudeban).

Sin embargo, hay que advertir que esta operación tiene un largo período de gestación, de forma que no está necesariamente vinculada a un episodio concreto o a un cambio específico de las condiciones del mercado, sino que forma parte de una estrategia de crecimiento viable para ganar participación en un mercado pequeño, como el venezolano.

El Banco Nacional de Crédito (BNC) sigue su línea de crecimiento que se manifestó con la compra de la operación del Citibank en Venezuela, en 2021, y ahora continúa con este nuevo movimiento que lo pone en control de una institución de tradición y cierta envergadura dentro del mercado nacional, como es el BOD.

Los ejecutivos del BNC tienen la certeza de que los procesos de migración de carteras de clientes y de prestación de servicios a un mayor número de usuarios se podrán cumplir sin mayores contratiempos, debido a que la institución cuenta con una plataforma tecnológica y de servicios robusta. Con esta operación, el BNC refuerza su objetivo de ser el mejor banco de Venezuela.

No obstante, nunca un proceso de este tipo está exento de retos, los cuales se irán presentando en la medida en que el control de las operaciones del BOD, por parte del BNC, se vaya consolidando.

La posibilidad de que se produzcan nuevas adquisiciones en el mercado está presente. De acuerdo con informaciones que manejamos no todas las instituciones están en capacidad de cubrir con facilidad las nuevas exigencias de capital, por lo que se abren oportunidades, para las entidades más grandes, de absorber a bancos más pequeños con algunas ventajas competitivas.

O también para instituciones con agresivos planes de crecimiento que están buscando crecer en un mercado que sigue siendo muy pequeño, pero que no tenemos duda que presenta un futuro mucho más promisorio.

El elevado nivel de concentración del negocio bancario en Venezuela es estructural, incluso en tiempos cuando la economía llegó a permitir la existencia de más de 100 instituciones en el sistema, pero en la actualidad es especialmente marcado y grave, ya que la competencia real se reduce a un grupo muy pequeño de actores.

Y hay que ver el entorno: los niveles de rentabilidad del sistema siguen siendo muy bajos, la capacidad de generar ingresos a partir de la intermediación financiera también continúa siendo muy limitada, de manera que los retos que plantea el entorno pueden ser difíciles de manejar para bancos muy pequeños.

La Banca debe tener oportunidad de ser rentable para que los procesos de capitalización sean resultado de la generación de beneficios de su propio negocio. De no ser así, los niveles de exigencia de mayor capitalización serán más frecuentes.

Ciertamente, hay indicios de dinamismo en la economía que permiten señalar, con la vista puesta en una perspectiva de largo plazo, que la Banca venezolana tendrá la posibilidad de volver a tener un mayor número de competidores, satisfacer las necesidades de servicios y de financiamiento de sus clientes y actuar en un entorno más adecuado y rentable.

Por ahora, estamos observando estrategias muy claras de diferenciación por calidad y cantidad de servicios, accesibilidad a nuevas tecnologías de pago, y plataformas tecnológicas más ágiles y seguras.

Sin embargo, la persistencia de una estrategia de restricción del crédito, vía encaje legal, sigue siendo una losa muy pesada para toda la Banca, incluso la de mayor tamaño, que, no obstante, está haciendo un esfuerzo por generar productos financieros, lo más adecuados posibles en función de la realidad del mercado, y elevar la capacidad de consumo de sus clientes.

Somos de la opinión que el encaje legal debe ser reducido, en estos momentos, a un mínimo de 60% y aumentar la disponibilidad de dar créditos hasta en un 25% de los fondos captados en moneda extranjera, en las cuentas de libre convertibilidad.

Esto ayudaría a contar con una mayor disposición del crédito, facilitando los recursos al sector productivo, con el fin de mantener una mayor actividad económica y por ende sostener las positivas perspectivas de crecimiento económico.

De manera que hay que entender el movimiento estratégico del Banco Nacional de Crédito como una apuesta clara por el futuro del mercado nacional en un momento complejo. Ahora viene la tarea de capitalizar las ventajas que supone haber adquirido la operación local del BOD, en función de consolidar una mejor posición de mercado.

En el Informe Privado de Aristimuño Herrera & Asociados de esta semana presentamos nuestro acostumbrado editorial, sobre las implicaciones que tiene en el mercado financiero la compra del BOD por parte del BNC, además de un reporte sobre el mercado laboral venezolano y adelantamos indicios sobre el impacto que puede tener el paquete legislativo que comienza a debatirse para complementar la aplicación de la LOTT. Igualmente, presentamos una nota gerencial sobre la relevancia y características propias del liderazgo femenino.

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