#Informe: La devaluación amenaza con acelerar la inflación durante el segundo semestre
El más reciente informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) proyecta un crecimiento anualizado de la inflación en Venezuela de 275% para el cierre de 2025.

Un reporte reciente del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) sobre la economía venezolana destaca el papel que tiene la subida del tipo de cambio en el incremento de los precios, que proyecta alcanzará un índice inflacionario de 275% hacia el cierre de 2025.
Si bien el documento recoge un crecimiento de 6,6% en el PIB al cierre de la primera mitad del año impulsado principalmente por el sector petrolero, con énfasis particular en sectores como farmacéutica, tecnología de la información, finanzas y telecomunicaciones; el texto subraya también que persisten los retos en materia inflacionaria y cambiaria.
La emisión monetaria, aunada a las sanciones petroleras y el incremento de las tensiones con EEUU destacan entre las causas principales.
En detalle
«Venezuela está nuevamente bajo la presión de una elevada inflación», indica de forma clara el reporte del organismo, al señalar que esta situación como «un desafío económico que sigue siendo central para la estabilidad del país».
«Este fenómeno está intrínsecamente ligado tanto al comportamiento del tipo de cambio como a la manera en que el gobierno decide financiar su déficit fiscal; un desafío particularmente agudo en un contexto de reducción del ingreso petrolero. La disminución de los ingresos por exportaciones de crudo, como hemos visto en las recientes tendencias de precios y la reorientación de mercados, ejerce una presión directa sobre las finanzas públicas y la disponibilidad de divisas», agrega el reporte del PNUD.
Más adelante, en el documento se profundiza en el mecanismo que conecta el fenómeno inflacionario, la devaluación y la evolución de la industria petrolera nacional de manera histórica: «La estrecha relación entre la inflación y el tipo de cambio en Venezuela se magnifica por la dependencia histórica del país de sus ingresos petroleros. Cuando los precios del crudo caen o la producción se ve limitada (ya sea por sanciones, infraestructura o factores externos), el gobierno percibe menos divisas (dólares) por sus exportaciones».
Esto trae como consecuencia directa una menor disposición de divisas para financiar el gasto público, atender la demanda de las importaciones y proveer dólares al mercado cambiario.
De esta forma, la disminución del ingreso petrolero actúa como un catalizador directo de la presión inflacionaria en Venezuela, complicando los esfuerzos por estabilizar la economía y el bienestar de la población, según se describe en el reporte.

Según el más reciente informe sobre Venezuela del PNUD, la inflación anualizada terminó por encima de 216% en el primer semestre y acumuló 123% de incremento de los precios en ese mismo periodo.
El efecto inflacionario de la devaluación
Conforme con algunas de las estimaciones macroeconómicas del reporte, «la inflación muestra una tendencia creciente, impulsada por la devaluación del tipo de cambio y las expectativas negativas generadas por las sanciones de EEUU».
Según las estimaciones citadas en el documento, la inflación anualizada terminó por encima de 216% en el primer semestre y acumuló 123% de incremento de los precios en ese mismo periodo.
El efecto de la inestabilidad cambiaria sobre la aceleración inflacionaria parece ser uno de los principales factores que marcan el aumento en el índice de precios.
Desde el punto de vista monetario, el M2, equivalente a la liquidez monetaria, cerró en el mes de junio con un incremento anualizado del 231%, impulsado por un notable incremento en el financiamiento al sector público por la vía de la emisión.
Lo anterior también explica parcialmente las limitaciones a la actividad financiera: «El saldo de M2 en dólares es de aproximadamente USD 3.000 millones, una cifra que representa apenas un 3,3 % del PIB, lo que indica una limitada profundidad financiera».
«La Cartera Bruta de Créditos en junio fue de USD 2.431 millones, lo que representa solo un 2,6 % del PIB, una disminución drástica desde el 22 % de hace una década», puntualiza el texto.
Debido a la » persistente pérdida de poder adquisitivo de la moneda nacional», se presentan «serias repercusiones en la estabilidad de precios de la economía».
Dado que prácticamente todos los precios de bienes y servicios se fijan en divisas, «esta devaluación deteriora directamente el poder de compra de los consumidores venezolanos, afectando de manera significativa su calidad de vida y el bienestar general».
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