Datos | Aspectos que deberán considerar las empresas en el país para afrontar los próximos 3 años

Venezuela actualmente vive un crecimiento desigual, sin embargo, las perspectivas de la actividad económica “son relativamente positivas en los próximos 3 años”.

En ese sentido, el economista Asdrúbal Oliveros preguntó: «¿qué les espera a las empresas en Venezuela? ¿Y cómo van a afrontar los próximos tres años?», a lo que respondió: «muchos negocios no entienden el contexto en que operan».

Recordó que entre 2013 y 2021, Venezuela vivió una contracción económica que nunca se ha visto en un país fuera de guerra. «Su producción petrolera se desplomó y su PIB se contrajo un 86%».

«Además, en un contexto de muchísimas regulaciones y control cambiario, la altísima inflación -después hiperinflación- arrasó con el poder adquisitivo de gran parte de la población y empobreció a la vasta mayoría», sumó.

Dijo que a partir de 2017, el estado empezó un lento proceso de «reforma» macroeconómica: «permitió la transacción libre del dólar, levantó el control cambiario, desreguló las importaciones y flexibilizó los controles de precios».

«También hubo una reducción drástica del gasto público. Por ello, ahora -en 2022- el PIB venezolano está creciendo tímidamente por primera vez en casi una década», recalcó.

Explicó que «es un crecimiento desigual en términos de cuáles industrias y sectores sociales se están beneficiando. Además, representa apenas una fracción de la economía pre-crisis. Y también cambios profundos en la dinámica sectorial».

Sin embargo, acotó que a medida que las presiones inflacionarias siguen bajando y el consumo aumenta, el panorama de los próximos años podrá ser positivo para el sector comercial.

«Esto sobre todo se verá en los sectores de alimentos, servicios profesionales, cuidado personal, logística y medios de pago. Entonces, ¿cómo afrontar los próximos tres años y poder surfear la ola sin morir en el intento?», indicó.

– Afrontar lo que viene –

No obstante, Oliveros enfatizó que primero, las empresas que inviertan en tecnología generarán ganancias en productividad a lo largo de sus estructuras de ingresos y costos que las diferenciará del resto, siempre que la tecnología se entienda como un mecanismo de eficiencia y optimización.

«También, las empresas deberán entender la composición generacional de sus clientes y que el precio es ahora la variable de mayor peso en la decisión de compra del venezolano promedio, por encima de la marca», apuntó.

Manifestó que a medida que la economía de la nación se recupere, «el servicio tomará una importancia crucial que equilibre el precio y el servicio: los programas de lealtad, las comunidades VIP y los embajadores tomarán protagonismo».

«También de la mano de las nuevas generaciones: las empresas deberán adaptarse a un mercado inteligente, combinando publicidad digital con publicidad tradicional», completó.

En ese sentido, añadió que lo verdaderamente clave «será la comprensión del consumidor, la constante medición de la competencia y la identificación de drivers y limitantes de consumo. ¿Y qué hacer en un país con poco acceso a crédito? Las empresas deberán atraer el financiamiento con formas que son cada vez más importantes para las esferas de financiamiento y los organismos multilaterales que podrían ser el salvavidas de tu empresa».

A su juicio, otro paso importante son las iniciativas ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG, por sus siglas en inglés) que «apuntarán al crecimiento a largo plazo ante un consumidor consciente y socialmente responsable».

«El verdadero reto para quienes siguen en pie consistirá en incluir estos elementos en la planificación estratégica y la construcción de una visión a mediano plazo que sea permeable a lo largo de la empresa y que mitigue los efectos de un clima de negocios incierto», señaló en Twitter.