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08/06/2025 09:35 AM
| Por Pedro Pacheco Rodríguez

#Análisis: A quien le importa, le va bien ¿Moda gerencial o un nuevo paradigma empresarial?

La sostenibilidad puede ser compatible con la eficiencia y rentabilidad empresarial, estableciendo que los resultados financieros deben ser económicamente sustentables en el tiempo, no solo rentables en el corto plazo.

#Análisis: A quien le importa, le va bien ¿Moda gerencial o un nuevo paradigma empresarial?

Hace dos décadas, cuando el acrónimo en inglés ‘’ESG’’ (Environmental, Social and Governance) emergió por primera vez, hubo quienes lo subestimaron catalogándolo como una simple moda gerencial. Sin embargo, el tiempo pareciera mostrar lo contrario.

Hoy estos factores no solo se han consolidado, sino que se han convertido en muchos mercados financieros en pilares fundamentales de la gestión empresarial.

De ahí que surjan algunas interrogantes:

¿Se está produciendo una transición del paradigma tradicional en el cual solo importa «cuánto se gana» hacia un nuevo modelo donde importa no solo «cuánto se gana» sino «cómo se gana»?

¿Son los factores ESG una moda más en el mundo de los negocios o representa un nuevo paradigma empresarial?

¿Es posible alcanzar desarrollo económico con sostenibilidad planetaria?

#Análisis: A quien le importa, le va bien ¿Moda gerencial o un nuevo paradigma empresarial?

En 1999, la creación del Dow Jones Sustainability Index marcó el primer índice bursátil que incorporó criterios de sostenibilidad.

El camino hacia la formalización de los factores ESG

Los factores Ambientales, Sociales y de Gobierno Corporativo (ASG) tienen sus raíces en los movimientos sociales de mediados del siglo XX, específicamente en las protestas contra productos nocivos para el ambiente, empresas armamentistas durante la Guerra de Vietnam (1965-1975) y los boicots contra compañías relacionadas con el apartheid en Sudáfrica.

La década de 1970 marcó un punto de inflexión cuando estos movimientos se organizaron en tres corrientes principales: ecologista conservacionista, desarrollista moderada y crítica humanista, estableciendo el dilema fundamental entre desarrollo económico y sostenibilidad planetaria que persiste hasta nuestros días.

El camino hacia la formalización de estos conceptos comenzó con hitos importantes como el Informe Brundtland de 1987, que acuñó el término «Desarrollo Sustentable» y estableció sus tres pilares fundamentales: economía, medio ambiente y sociedad.

La Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro (1992) consolidó la conciencia global al reunir a más de 100 jefes de Estado y múltiples sectores sociales. En 1999, la creación del Dow Jones Sustainability Index marcó el primer índice bursátil que incorporó criterios de sostenibilidad, institucionalizando estas prácticas en los mercados financieros.

El momento definitivo llegó en 2004 con la aparición del acrónimo ESG en el informe «Who Care Wins» (‘’Quien se preocupa, gana’’ o ‘’A quién le importa, le va bien’’) por parte del Pacto Mundial de la Organización de la Naciones Unidas, desarrollado como una iniciativa conjunta de unas 20 instituciones financieras de 9 países con el fin de establecer pautas para incluir factores ambientales, sociales y de gobernanza en la gestión financiera.

Conectando los mercados financieros a un mundo cambiante

El subtítulo del citado informe, ‘’conectando los mercados financieros a un mundo cambiante’, destacaba su intención de proporcionar orientación a las instituciones financieras sobre asuntos ambientales, sociales, y de gobierno corporativo considerados estrechamente relacionados con la asignación solida de recursos financieros.

En 2006 se establecieron los Principios para la Inversión Responsable (PRI), consolidando definitivamente estas prácticas.

#Análisis: A quien le importa, le va bien ¿Moda gerencial o un nuevo paradigma empresarial?

La buena noticia es que cada vez más empresas en América Latina, inversionistas y reguladores reconocen que la sostenibilidad no es solo cuestión de ética sino una oportunidad de atraer inversión global.

América Latina presenta un rezago respecto a los mercados financieros desarrollados

América Latina, en general, presenta un rezago de unos 10 años respecto a los mercados financiero más desarrollados; Brasil en 2005 fue la pionera en la región con el ISE (Indice de Sustentabilidad Empresarial), México en 2011 la Bolsa Mexicana de Valores lanzó su IPC Sustentable y Argentina en 2018 creó su ESG Index.

La buena noticia es que cada vez más empresas en América Latina, inversionistas y reguladores reconocen que la sostenibilidad no es solo cuestión de ética sino una oportunidad de atraer inversión global que busca alternativas en mercados emergentes comprometidos con ESG.

Tres criterios fundamentales que determina si una inversión es sustentable

Los factores ASG constituyen los tres criterios fundamentales que determinan si una inversión puede considerarse sustentable, surgiendo como respuesta integral para evaluar el desempeño empresarial más allá de los indicadores financieros tradicionales.

  • Factor Ambiental engloba la cultura y las prácticas empresariales para la conservación del medio ambiente, incluyendo la gestión del calentamiento global y emisiones de carbono, manejo de la escasez de agua, control de contaminación, prevención de deforestación, eficiencia energética, preservación de biodiversidad y gestión responsable de residuos.
  • Factor Social se refiere a la interacción de la empresa con las personas de su entorno, evaluando aspectos como satisfacción de clientes, compromiso con empleados, impacto positivo en la comunidad, promoción de diversidad, protección de datos y privacidad, y respeto irrestricto a los derechos humanos. Este factor mide cómo la empresa contribuye al bienestar social y su capacidad para generar valor compartido con todos sus grupos de interés.
  • Factor Gobierno Corporativo comprende las normas, políticas y protocolos para la gestión de la gobernanza organizacional, incluyendo composición y funcionamiento de juntas directivas, estructura de comités de auditoría, medidas contra legitimación de capitales, lucha anticorrupción, transparencia en gestión, políticas de remuneración, gestión de relaciones gubernamentales, mecanismos de denuncias y códigos de ética.

La integración de estos tres factores representa un enfoque holístico que permite evaluar si una empresa opera de manera verdaderamente sustentable.

#Análisis: A quien le importa, le va bien ¿Moda gerencial o un nuevo paradigma empresarial?

El análisis revela que los factores ASG no constituyen una moda gerencial, sino un cambio de paradigma fundamental en el mundo empresarial.

¿Es ASG moda o compromiso a largo plazo que implica un cambio de paradigma?

Las modas gerenciales se definen como tendencias colectivas temporales que responden a situaciones particulares, caracterizadas por su naturaleza cambiante y dependiente de gustos colectivos.

El análisis revela que los factores ASG no constituyen una moda gerencial, sino un cambio de paradigma fundamental en el mundo empresarial en que no todo vale para aumentar las ganancias.

Los factores ASG representan compromisos y planes a largo plazo que las organizaciones están asumiendo, como lo ejemplifica el compromiso de PwC anunciado en el 2020 con la iniciativa «Net Zero» para 2030, el cual implica transformación de paradigmas de todos los grupos de interés. en más de 150 países.

Un cambio de paradigma, según Thomas Kuhn, constituye una revolución científica que ocurre cuando una disciplina transita de un paradigma a otro.

En el caso empresarial, se está produciendo una transición del paradigma tradicional en el cual solo importa «cuánto se gana» hacia un nuevo modelo donde importa no solo «cuánto se gana» sino «cómo se gana». Este cambio no es fácil, ya que implica transformar la base sobre la cual, durante siglos, se han tomado decisiones gerenciales centradas mayoritariamente en resultados financieros.

Elementos Catalizadores

Elementos catalizadores actuales han acelerado significativamente la adopción de los factores ASG.

La pandemia COVID-19 se comportó como el catalizador más significativo, actuando como acelerador positivo y creando condiciones de resistencia y conflicto que han hecho que la humanidad recalifique sus prioridades y necesidades.

La presión de grandes inversores internacionales constituye otro factor fundamental, siendo el propio mercado financiero quien presiona para que no solo sea importante cuánto es la ganancia, sino cómo se obtiene.

Más allá de la politización que rodea al cambio climático y las causas de los desastres naturales su creciente impacto está elevando la conciencia social sobre la sostenibilidad planetaria.

Esta realidad, innegable para muchos, convierte las iniciativas ASG de una aspiración teórica a una necesidad práctica e ineludible para las empresas. Los compromisos empresariales a largo plazo, como las metas de carbono neutralidad, representan otro catalizador que hace irreversible la transición hacia modelos de negocio sustentables.

#Análisis: A quien le importa, le va bien ¿Moda gerencial o un nuevo paradigma empresarial?

Está emergiendo un nuevo paradigma que reconoce que conceptos como competencia, resultados financieros y rentabilidad no deben ser satanizados, sino que se trata de lograr un desarrollo económico sostenible compatible con estos conceptos

Transformación de la Percepción Social y Sostenibilidad vs. Resultados Financieros

Existe una percepción ampliamente extendida de que las organizaciones del sector privado solo se preocupan por resultados financieros, productividad, eficiencia y competitividad.

Esta percepción ha generado en muchos ámbitos una imagen negativa del sector empresarial que ha persistido a pesar de múltiples iniciativas de responsabilidad social. Sin embargo, esta percepción está comenzando a transformarse con la incorporación de factores ASG como parte de la cultura gerencial y organizacional.

El dilema entre desarrollo económico y sostenibilidad planetaria

La relación entre sostenibilidad y resultados financieros ha constituido tradicionalmente uno de los principales dilemas en la gestión empresarial, estableciéndose una aparente confrontación entre desarrollo económico y sostenibilidad planetaria.

No obstante, está emergiendo un nuevo paradigma que reconoce que conceptos como competencia, resultados financieros y rentabilidad no deben ser satanizados, sino que se trata de lograr un desarrollo económico sostenible compatible con estos conceptos fundamentales del mundo empresarial.

La sostenibilidad puede ser compatible con la eficiencia y rentabilidad empresarial, estableciendo que los resultados financieros deben ser económicamente sustentables en el tiempo, no solo rentables en el corto plazo.

Los actores fundamentales para alcanzar el desarrollo económico sustentable son la sociedad, los inversionistas, el mercado financiero y las empresas, estableciendo una red de interrelaciones que refuerza mutuamente la adopción de prácticas sustentables.

Los inversores y empresas están adoptando como verdad filosófica pragmática que la inclusión de factores ASG es favorable para el planeta, la sociedad y la sostenibilidad empresarial, sin abandonar la preocupación por resultados financieros, sino transformando el entendimiento de que esos resultados deben ser económicamente sustentables en el tiempo.

* El autor es doctorando en Gerencia, UCV.  Expresidente de PwC Venezuela, Consultor Gerencial y Presidente Ejecutivo de la Asociación Bancaria de Venezuela y Vicepresidente de la Sociedad Anticancesora de Venezuela.

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