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02/10/2019 08:08 AM
| Por Por: Luis Brusco Ortega

Expertos | Importancia de la cantidad de dinero en la economía y sus efectos en el PIB y la inflación

Expertos | Importancia de la cantidad de dinero en la economía y sus efectos en el PIB y la inflación

En el mundo clásico, ubicado históricamente en la etapa que va desde finales del siglo XVIII hasta principios del XX, la cantidad de dinero que circulaba en una economía se llegó a considerar solo como un velo que cubría las operaciones de producción y comercialización de los bienes y servicios, lo que es equivalente a decir que el dinero no tenía nada que ver con la evolución y resultados de las actividades anteriores, pero también con respecto a la inflación y el desempleo. Por esta misma razón el dinero en particular llegó a considerarse como un instrumento totalmente neutral frente a todo lo que ocurría en el otro lado de la economía monetaria, llamado sector real.

Entre los aspectos que sustentaban la supuesta neutralidad del dinero se pueden mencionar los siguientes:

1.-Mayoritariamente el dinero que circulaba era dinero mercancía, es decir, el dinero tenía valor por sí mismo.

2.-Prácticamente no existía dinero fiduciario, donde la confianza en el mismo provenía del respaldo que le daba el estado, ejemplo: el papel moneda.

3.-La hacienda pública gastaba solo lo que le ingresaba por impuestos y créditos privados.

4.-Existía una amplia flexibilidad de precios y salarios que permitían los ajustes automáticos de la economía para mantenerse en el máximo nivel de producción con total empleo.

Con la gran depresión de 1929, que afectó a las principales economías industrializadas del momento, pudo demostrarse que, contrario al planteamiento de los clásicos, existía en la economía una gran inflexibilidad de salarios que impedían sus ajustes automáticos y también de los precios que aseguraran el tránsito de la economía por una senda de crecimiento permanente.

Ante estas circunstancias, y coincidiendo con los planteamientos keynesianos que ya presagiaban la negación de la escuela clásica, se llegó a las siguientes conclusiones para los años 30 del siglo pasado y subsiguientes:

1.- La economía podría mantenerse en equilibrio pero siempre con niveles fluctuantes de desempleo significativos.

2.- Solo con una expansión de la demanda agregada, impulsada principalmente por aumentos del gasto público, con financiamiento monetario incluido, las economías podían crecer y reducir el desempleo.

Amparados en esta nueva realidad y convicciones económicas muchos países comenzaron a diseñar políticas fiscales intervencionistas, con aumentos del gasto público financiados, en parte, por sus bancos centrales para estimular la demanda agregada y con ello el crecimiento económico en el corto plazo.

Así quedó descartada la condición de neutralidad del dinero y comienza una nueva etapa histórica de la economía donde se inicia la formalización de la macroeconomía que, entre otros agregados, exigirá la planificación de los presupuestos públicos y sus posibilidades de ser financiados, en parte monetariamente, para el logro de objetivos económicos de los gobiernos.

Este nuevo enfoque fue sin dudas un reconocimiento del dinero como variable autónoma para influir en las fluctuaciones de la economía. No obstante, frente al riesgo inflacionario que pudiese surgir del excesivo uso del financiamiento monetario, varios economistas, años después, se agruparon para hacer observaciones que contribuyeron a mejorar la cantidad de dinero necesaria para el diseño de políticas económicas apropiadas.

Así, a partir de la década de los 50, un grupo de economistas denominados “monetaristas”, a cuyo frente estaba el premio Nobel de economía, Milton Friedman, llegó a la conclusión de que los cambios en la cantidad de dinero representan la causa principal del comportamiento expansivo o recesivo de la economía. Al mismo tiempo, si bien reconocieron que la escuela keynesiana pudo explicar acertadamente las causas de la depresión económica, esa escuela no pudo justificar de forma amplia y clara el surgimiento de la inflación, pese a que sus propuestas llevaban implícita la razón por la cual pudiese ocurrir un desborde de los precios, con sus consecuencias negativas en las funciones del dinero.

En concreto, esta nueva doctrina económica que reivindicaba el papel del dinero en la economía terminó afirmando que la oferta o liquidez monetaria vendría a ser la variable clave para explicar las tendencias a corto plazo del producto interno bruto a precios corrientes (PIB = P.Y) y del nivel general de precios (P) a largo plazo; por tanto, para esta doctrina la cantidad de dinero sería la variable más importante e indispensable para construir toda la política macroeconómica de una nación.

Una síntesis de la propuesta monetarista que ayude a su más fácil comprensión exige entender dos conceptos básicos: La velocidad de circulación del dinero (V) y su Teoría Cuantitativa. La velocidad es el número de veces al año en que la oferta de dinero (liquidez monetaria) cambia de manos para financiar el gasto agregado o valor del producto interno bruto (PIB).  Por su parte, la ecuación cuantitativa del dinero sostiene que las variaciones del nivel general de precios, es decir la inflación (p), vienen determinadas principalmente por los aumentos de la cantidad nominal de dinero (m).

Formulando el modelo:

V = PIB/M = P.Y/M   La velocidad es constante en el año porque obedece a patrones estables del comportamiento de los individuos.

M.V = P.Y    ————–} P = M.V/Y    Ecuación cuantitativa del dinero expresa que el nivel general de precios (P) lo determina el cociente entre la oferta de dinero, también conocida como liquidez monetaria (M), multiplicado por la velocidad del dinero (V) entre el monto del ingreso nacional o producto nacional bruto (Y).

Si condicionamos que las siguientes letras minúsculas expresan diferenciales de las letras mayúsculas, tal que p, m, v e y expresan de P, M, V e Y se tiene que:

p = m – y         en tanto que       m = p + y      dado que “v” es igual a cero por ser constante.

Veamos dos ejemplos sencillos:

1)  ¿En cuanto debería crecer la cantidad de dinero en la economía (m) si se espera que el producto (y) crezca 5% y la tasa de inflación objetivo sea de 10%?

                                   m = p + y   ——} m = 10% + 5% = 15%

El crecimiento esperado de la cantidad de dinero sería de 15%.

Este primer caso representa un país sujeto a un plan de estabilización para mejorar su economía, aumentando su producción total en 5% y con ello una mayor disponibilidad de todo tipo de productos y más opciones de empleo para los trabajadores. Por otra parte, se procura que la inflación sea tolerable para las familias y no supere el 10%.

Frente a estas premisas se quiere saber cuánto debería crecer la cantidad de dinero como máximo para que el plan tenga éxito:  en el ejercicio resultó 15% y con base en ello se pueden suponer los siguientes escenarios:  si la cantidad de dinero crece menos en el año, la producción podría verse afectada y crecer menos de 5%, pero también se tendría menos inflación. De ser lo contrario, un aumento de la cantidad de dinero por encima del 15% presionaría más inflación por demanda y costos, aunque probablemente mejoraría el aumento de la producción.

2) si “m” se programa crecer en 12% y se espera que “y” aumente en 2%, ¿cuál sería la tasa de inflación esperada?:

                                    p = m – y   ——-} p = 12% – 2% = 10%

La inflación esperada sería de 10%.

El segundo caso se trata de un plan donde es prioritario disminuir la inflación, y para ello se predeterminan tanto el crecimiento de la cantidad de dinero y el aumento de la producción. Como se observa en el ejercicio, en este caso el aumento de la producción establecida no es tan atractiva como en el caso anterior, reafirmando que lo prioritario es bajar la inflación.

Esperamos que estas ilustraciones ayuden a una mejor gestión de la política monetaria por parte del gobierno nacional.

* El autor es economista, ex funcionario del Banco Central de Venezuela, docente universitario y consultor.

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